viernes, 27 de enero de 2012

LA PARADOJA DE LOS TRANSGÉNICOS EN ARGENTINA

Argentina fue conocida alguna vez como el granero del mundo, además de un importante país ganadero. Hoy en día, el hambre y la pobreza extrema asolan a sus habitantes. Este país produce hoy soja transgénica en casi 13 millones de hectáreas de su territorio. Esta enorme expansión ocurrió a expensas de los cultivos tradicionales de alta calidad y de la producción de ganado.


Unas 160.000 familias de pequeños agricultores argentinos abandonaron sus tierras en la última década, incapaces de competir con los grandes hacendados. La soja transgénica sirvió para exacerbar esta tendencia hacia la agricultura industrial, de gran escala, acelerando la pobreza. En el último cuarto de siglo, la producción de soja aumentó a un ritmo sin precedentes, es el segundo productor mundial de soja transgénica, con 13 millones de hectáreas. El país ha convertido su tradicional agricultura mixta y de rotación, que aseguraba la fertilidad del suelo y minimizaba el uso de plaguicidas, en un monocultivo de soja transgénica.


Ante el incremento de la pobreza, la superabundancia de soja y el déficit de otros productos agrícolas, el gobierno comenzó a promover la soja como una alternativa saludable a alimentos tradicionales como la carne y la leche. Los comedores populares comenzaron a servir comidas a base de soja. Sin embargo, abundantes pruebas científicas demuestran que una dieta con demasiada soja puede tener efectos perjudiciales, como inhibir la absorción de calcio, hierro, cinc y vitamina B12. Uno de los problemas más preocupantes es la pubertad temprana en las niñas, posiblemente vinculada con los altos niveles de fitoestrógeno de la soja. Otros problemas de salud son consecuencia del uso extendido de glifosato (Roundup), que está invadiendo el suministro de agua. El producto es a veces rociado desde el aire, sobre campos, casas y personas. Los efectos más visibles son irritaciones de la piel y los ojos, además del aumento de la incidencia de cáncer en poblaciones cercanas a cultivos de soja Roundup Ready. La soja Roundup Ready de la empresa biotecnológica Monsanto requiere más herbicidas que la soja convencional, rinde de 5 a 10% menos que las variedades no transgénicas cultivadas en suelos similares, como concluyeron estudios realizados en Estados Unidos. También han aparecido hierbas resistentes al Roundup y para combatirlas, se volvió a utilizar herbicidas altamente tóxicos. Para combatir el “complejo de insectos” que invade las plantaciones de soja se recomienda a los productores usar endosulfato junto con cipermetrina, cuya mezcla es extremadamente tóxica para las abejas y los peces, y muy tóxica para las aves.


El equilibrio agrícola de Argentina se vio gravemente afectado por la concentración en la exportación de soja. La producción tradicional de leche, trigo y carne disminuyó, y ahora el país importa lo que antes exportaba. Otros productos, como lentejas, arvejas, maíz dulce y distintas variedades de papa y boniato han desaparecido, junto con las industrias que los procesaban. Los productores de miel también fueron afectados por la contaminación transgénica, la pérdida de diversidad de flora y la muerte de abejas intoxicadas con herbicidas. Esto no sólo es malo para la economía nacional, sino también para la salud y la nutrición de toda la población.


La conversión de tierras para plantaciones de soja Roundup Ready provocó deforestación en Argentina, con graves efectos sobre la biodiversidad y los recursos hídricos. Se ha perdido más de 130.000 hectáreas de bosques. La técnica de la siembra directa con soja Roundup Ready, promovida como forma de reducir las emisiones de dióxido de carbono, provoca además la compactación del suelo, lo que exige más agroquímicos cada año.


Los impulsores de los alimentos manipulados genéticamente sostienen que son necesarios para combatir el hambre en los países en desarrollo y reducir el uso de plaguicidas. La experiencia, sin embargo, demuestra lo contrario: los cultivos transgénicos exacerbaron la pobreza y el hambre, incrementaron el uso de herbicidas, crearon nuevos riesgos para la salud, provocaron deforestación y destruyeron tierras agrícolas y medios de vida.
Nos=Otros

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