En un pueblecito de los Monegros, Leciñena, las hermanas Marcén preparan un pan que hace llorar. Han rescatado un trigo antíguuo de la zona, Aragón 03, desechado por agricultores, harineras y panaderos.
Laura y Ana, ambas licenciadas y desempleadas, han vuelto a su pueblo para continuar un proyecto familiar.
Su tío, microbiólogo, se interesó por aquel trigo de los abuelos. Su padre cambió sus cultivos y dejó de lado los pesticidas, herbicidas y antifúngicos. Ellas han instalado un molino y un horno donde muelen y cuecen este trigo ecológico. Su hermano amasa por las noches y su madre gestiona las cuentas.
Y es que como decían sus abuelos “lo único que no se puede aprender es a cantar”.
Procuran que todo sea de Aragón, el aceite, la leche, los huevos, para seguir la filosofía de lo ecológico y aunque empezaron como Ong al tercer año se establecieron como empresa. Ya han abierto tienda en Zaragoza y son proveedores de varios hoteles y restaurantes.
Hacen un pan delicioso y también tortas porque ya se sabe “si no hay pan, buenas son tortas”.
Los Girasoles
compro habitualmente y me encanta; en mi casa siempre hay pan de trigo 03
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